2. Usar productos de maquillaje específicos para la zona ocular. El uso de cosméticos en el área ocular está muy extendido. Entre ellos, delineadores, sombras o máscara de pestañas. Sin embargo, no hay que olvidar que se trata de una de las zonas más sensibles de nuestro cuerpo.
De este modo, solo hay que utilizar cosméticos que estén específicamente indicados para su uso en los ojos y la piel de alrededor. Por ejemplo, no se debe usar un lápiz de labios para maquillar los ojos.
Preferiblemente, al ser una parte tan delicada, habría que optar por productos hipoalergénicos y de alta tolerancia.
Los cosméticos para los ojos deberían desecharse aproximadamente a los tres meses. Esto es especialmente importante en el caso de utilizar maquillaje cremoso o líquido como son los lápices delineadores o las máscaras, ya que tienden a acumular más bacterias.
Estos también deben tirarse si se ha desarrollado una infección ocular.
En ningún caso se debe compartir maquillaje ni aplicar las muestras comerciales que pueden haber sido usadas previamente por otros usuarios.
Asimismo, es importante aplicar siempre el maquillaje por fuera de la línea de las pestañas, lejos del ojo, para no bloquear las glándulas sebáceas de los párpados. De lo contrario, el material graso (sebo) que secretan no protegería eficientemente la superficie del ojo y podría acumularse, dando lugar a una blefaritis.
3. Tener cuidado con los tratamientos para las pestañas. En los últimos años se han popularizado diferentes tratamientos como el lifting, el rizado, el tinte o las extensiones de pestañas.
Todos estos procedimientos estéticos, si no se aplican bien, pueden irritar y sensibilizar la piel y la mucosa ocular, provocar daños en la córnea y favorecer la caída de las pestañas.
Por este motivo, es fundamental acudir siempre a profesionales expertos y, preferiblemente, solo recurrir a estos tratamientos en ocasiones especiales.
En caso de que un lifting, una permanente, un tinte o unas extensiones de pestañas provoquen alguna molestia, hay que acudir de inmediato al oftalmólogo.
Hay que tener en cuenta que las pestañas postizas de uso en casa también pueden provocar la pérdida de pelo en esta zona. Esto se debe sobre todo a que los productos con los que se aplican pueden provocar una alergia ocular.
4. Utilizar sérums o cremas para pestañas. Existen diferentes principios activos que han demostrado tener un efecto positivo a la hora de prevenir la caída de las pestañas, favorecer su crecimiento y mitigar los efectos del paso del tiempo como es la pérdida de color, densidad, grosor y longitud.
Entre ellos, la biotina, el pantenol, la vitamina E, el ácido hialurónico, los aceites de jojoba y ricino y el extracto de abedul.
Este tipo de productos suelen presentarse en forma de sérums para pestañas o cremas y, dependiendo de sus características, pueden aplicarse por la mañana, antes del maquillaje, o por la noche.
5. Identificar las causas de la caída de pestañas. Más allá de unos malos hábitos de limpieza y cosméticos, existen otros factores que pueden provocar la caída de las pestañas.
La blefaritis, los orzuelos y chalaziones crónicos, las infecciones oftalmológicas y la rosácea ocular también pueden estar detrás de la pérdida de pelo en esta área.
Otra causa de la caída de las pestañas puede ser la tricotilomanía, es decir, el hábito de arrancarse pelo como consecuencia del estrés u otros trastornos emocionales o psicológicos. Otra manía como frotarse los ojos puede causar este mismo efecto.